Selección Antioquia Juvenil 2013 |
No le digamos más mentiras al fútbol. Tantos años intentando convencer con obra u omisión que los jugadores llegan al fútbol profesional por arte de magia, que el fútbol aficionado ya no es el mismo, que hubo estancamiento en los procesos de formación, que ya solo hay negocio, que el sentimiento amateur está perdido. ¿Y quién lo dice? Muchos. Especialmente los que acostumbran minimizar lo que no conocen, simplemente porque no lo conocen. Muchos de mis colegas y los suyos.
Hoy tengo la fortuna de conocer el fútbol aficionado de cerca y es lo que me permite afirmar sin temor a equivocarme que el talento no se ha perdido, que la cantera antioqueña sigue viva, que las joyas se siguen puliendo sin importar que haya mucha o poca oportunidad. Lástima que la oferta mediática se quede solo con la élite de los ya probados y se olvide del amateurismo ¡Y ojo! No me refiero al barrio ni al potrero, hablo del reconocimiento y seguimiento responsable del inicio de los deportistas en la alta competencia.
Hay un sentimiento que suele evocar la famosa frase de que “todo tiempo pasado fue mejor”, la Real Academia de la Lengua lo define como la “tristeza melancólica originada por el recuerdo de una dicha perdida”, se llama nostalgia y no se puede sustraer a la vida del futbolero.
Respeto y valoro la historia, envidio a los que disfrutaron de la Selección Antioquia de Mario Agudelo, Bernardo “Kunda” Valencia y Uriel Cadavid; la de Leonel Álvarez, Luis Carlos Perea y René Higuita; la de Iván Ramiro Córdoba, Arley Rodríguez, Néider Morantes y Juan Pablo Ángel. Pero, nací en otra época, no me tocó, desafortunadamente.
Mi nostalgia nace en los alrededores de la Marte y El Cincuentenario cuando escucho las historias de esos equipos que nunca vi, pero no puedo tener el sentimiento de muchos, porque no canté “La Chagua” con Ricardo Lagoueyte. Pero como la vida no se queda con nada, hoy disfruto y acompaño a los jugadores que estoy seguro mañana van a lograr iguales o mayores gestas que los ídolos ya mencionados. ¿Mi nostalgia valdrá después?
La Selección Antioquia de Fútbol vive por estos días una de sus épocas más gloriosas: títulos, logros y proyección de talentos a granel en todas sus categorías. El fútbol antioqueño masculino mantiene su hegemonía ratificándose como potencia y el fútbol femenino crece a pasos agigantados y da claras muestras de los satisfactorios procesos de la Liga y sus clubes.
Y es obligación reseñar y destacar desde hoy esos equipos que mañana, por lo menos yo, extrañaré y recordaré. Selecciones Antioquia llenas de talento que aunque no llenaron el Atanasio, respetaron la tradición de nuestras montañas con fútbol, carácter, personalidad y buen gusto.
Son títulos y grandes recuerdos en todas las categorías, pero me quedo con las Juveniles, no por mejores ni más importantes, sino porque, como categoría máxima en la actualidad del fútbol nacional, representan ese último escalón de la rama aficionada que sirve como catapulta al sueño profesional de tantos jóvenes. Las Infantiles y Prejuveniles también quedarán guardadas siempre.
Espero que el recuerdo que expongo no resulte excluyente; admiro los logros de los que estuvieron antes, pero quiero destacar las Selecciones Antioquia Juveniles que durante el tiempo como Comunicador de la Liga Antioqueña de Fútbol pude seguir, acompañar y querer, además de gritar "Campeón Antioquia Campeón" en alguna cancha del país.
Esta son las cuatro Selecciones Antioquia Juveniles que desde el año 2013 han aportado títulos y recuerdos imborrables a quien escribe. Destaco las nóminas titulares o el grupo base de cada equipo y complemento con algunos valores que igual hicieron parte y aportaron, alguno se me escapará en la lista, pero no por olvido.
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