Talento de barrio, picardía y técnica al servicio del Deportivo Independiente Medellín. Cristian Echavarría, conocido en las canchas antioqueñas como “La Mole” es el segundo invitado a la sección “Sobre Promesas” de #ElBlogdeTiagoaristi.
Nació en Medellín el 10 de junio de 1997, criado en el barrio París del municipio de Bello, Antioquia. Su sueño cumplido de ser futbolista profesional comenzó en la cancha del Doce de Octubre con el apoyo de su familia… es el orgullo de muchos.
Vive con su abuela, su tía, un hermano y su madre. De baja estatura y buena contextura física, de ahí su apodo; mide 1.64 cm, pesa 61 kg y sus guayos dicen que calza 38.
Perfil zurdo, velocidad pura, potencia, picante, regate y remate. Llegó a las Divisiones Menores del Deportivo Independiente Medellín procedente del equipo Efe Gómez en enero del 2010 como refuerzo para el Pony Fútbol, equipo que dirigía Wílmar Valencia y que avanzó hasta los Octavos de Final. Desde ese año comenzó su trayectoria roja.
En el Pony Fútbol llegó a jugar como centro delantero, luego fue utilizado como volante creativo, pero fue el DT Carlos Andrés Vásquez el que lo trabajó como extremo por izquierda en la categoría Sub 13, posición que conserva y en la que hoy, es top.
Con el DIM fue campeón de las categorías Sub 13 y Sub 14 de los Torneos Departamentales de la Liga Antioqueña de Fútbol entre 2011 y 2012. Llegó por primera vez a una Selección Antioquia en 2014 para la categoría Juvenil, terminó jugando y fue Campeón Nacional en Pereira con el DT Alejandro Restrepo.
En 2015, también con la Juvenil de Antioquia pero ahora con Óscar Pérez como DT, fue titular siempre en su posición de extremo por izquierda, figura, aportante, gol y pase gol. Nuevamente se bañó en oro, en Villaviencio por Torneo Nacional y en Quibdó por Juegos Nacionales.
Atacante moderno, con tanque para ir y volver, mucha potencia, se come la banda atacando por izquierda. Su evolución futbolística le ha hecho mejorar en la última decisión, tiene pase gol, anota y le sumó pelota quieta.
Atacante moderno, con tanque para ir y volver, mucha potencia, se come la banda atacando por izquierda. Su evolución futbolística le ha hecho mejorar en la última decisión, tiene pase gol, anota y le sumó pelota quieta.
Gran jugador de Play Station, energía contagiosa, querido en todos los grupos, buen amigo. En el baile no le va nada mal.
Cristian admira en el fútbol colombiano a Luis Carlos Arias y cree que “es un orgullo trabajar a su lado”. Del fútbol internacional se fija en Douglas Costa del Bayern Munich.
Se define como “un jugador atrevido, encarador, con personalidad, que va bien por la raya, de buena pegada, rápido, potente y con gol”.
El 2 de marzo del 2016 materializó su sueño de niño, debutar en el fútbol profesional. Lo hizo en el Atanasio Girardot por la fecha 2 de la Copa Águila: DIM 1 - Envigado FC 1. Ingresó al minuto 74 con la camiseta # 19 en lugar de William Parra, tuvo un par de incursiones por banda y en la última del partido tuvo el gol del triunfo pero no puso ser; remató al primer palo y se fue ancha.
En el DIM se traza su camino, sabe que figurar es difícil por la competencia en el primer equipo, pero ya llegó y está en los planes.
Su 2016 ha sido para recolectar frutos, porque bastante que la ha luchado. Días después a su debut, el 21 de abril, recibió otra gran noticia: el llamado al primer microciclo de la Selección Colombia que jugará el Torneo Sudamericano Sub 20 en Ecuador.
En el DIM se traza su camino, sabe que figurar es difícil por la competencia en el primer equipo, pero ya llegó y está en los planes.
Su 2016 ha sido para recolectar frutos, porque bastante que la ha luchado. Días después a su debut, el 21 de abril, recibió otra gran noticia: el llamado al primer microciclo de la Selección Colombia que jugará el Torneo Sudamericano Sub 20 en Ecuador.
Sueña con consolidarse en la Sub 20, convertirse en un jugador de élite, dejar huella en Medellín, llegar al fútbol europeo y sacar a su familia adelante.
Ahí está, es “La Mole”. Cristian David Echavarría Vélez, un futbolista con lomo para mantenerse y afianzarse… porque ya llegó.
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