martes, 11 de agosto de 2015

Soy antioqueño, toda la vida: Ricardo Lagoueyte

Ricardo Lagoueyte. Foto: www.laf.com.co
El Palo con Miranda en la ciudad de Medellín, fue el sitio testigo del nacimiento del profesor Juan Ricardo Lagoueyte García, toda una institución deportiva, genio y figura del fútbol y el deporte antioqueño.

Su padre Amadeo, un francés que vino a nuestro departamento a traer una maquinaria agrícola a la Facultad de Agronomía de la Universidad Nacional de Colombia, se quedó como profesor, conoció a la mamá de Don Ricardo, María de los Ángeles García y de ahí, el famoso apellido de nuestro personaje que tuvo siete hermanos, todos ya fallecidos. Sus cuatro hijos, están radicados en Estados Unidos al lado de su madre.

Su infancia hasta los 7 años, la vivió en Medellín, hasta que su padre compró una finca en el sector de Ancón por el municipio de Copacabana. Ya había terminado su primaria en la preparatoria Julio César García de la Universidad de Antioquia; el bachillerato lo terminó en el Fray de la Serna; siendo bachiller se fue a Bogotá a prestar servicio militar obligatorio y cuando retornó ingresó a la Universidad Nacional de Colombia para estudiar Ingeniería de Petróleos. Allí duró tres meses, porque se dio cuenta que su vocación era otra y partió nuevamente para la capital de la República a estudiar en la Escuela Nacional de Educación Física.

La tierra le haló tanto que vino y llevó solicitudes para trabajar en los liceos Gilberto Alzate Avendaño, Liceo Antioqueño, Jorge Robledo y el Pascual Bravo, al final se quedó con el de la Universidad de Antioquia, allí los representó en varios deportes. El profe Lagoueyte fue deportista integral, gran atleta, siempre, hasta hoy con la natación. Waterpolista, baloncestista, estuvo en campeonatos nacionales de voleibol y en el fútbol bajo las órdenes del maestro Paternóster en Atlético Nacional. En 1955 hizo el kilómetro contrarreloj en ciclismo con 1.12.

Siendo profesor de Educación Física del Liceo Antioqueño en el sector de Robledo y con apenas 23 años, el profesor Alejandro Carrillo lo invitó para que le hiciera la preparación física a una Selección Juvenil de la Universidad; no solo fue el Preparador Físico, fue inscrito como jugador porque el reglamento permitía algunos jugadores mayores. 1968 fue el año en el que el profe Lagoueyte llegó a una Selección Antioquia de cara a los Juegos Nacionales de Pasto. Lo contrataron cuando el doctor Antonio Meza Escobar era el Presidente y Arturo Bustamante el secretario. “El Mariscal”  fue a hacer un reemplazo y se quedó, era locutor de Radio Reloj de Caracol.

El profesor Lagoueyte dice que se ganó un montón de títulos con las diferentes Selecciones. Estuvo con los infantiles, prejuveniles, juveniles y la Sub 23 que fue denominada siempre la Selección de Mayores. De todos esos títulos recuerda con muchísimo cariño a Humberto “Tucho” Ortiz, no solo por su gran categoría como profesor y gran educador, sino por la pedagogía que implementaba y como enseñaba. Ese era el preferido aun teniendo técnicos a su lado como Hormazábal, Ramaccioti, Zubeldía, Alejandro Carrillo,  Justo Lopera, “Bogotano” González, Ramiro Monsalve, Luis Alfonso Marroquín, Hugo Castaño, “Chiqui” Londoño, Luis Fernando Montoya y  “Chucho” Ramírez; con todos ellos dio vueltas olímpicas.

Los jugadores que pasaron por sus manos fueron muchos. Recuerda con cariño a Néider Morantes, Juan Pablo Ángel, Gerardo Bedoya y Carlos Andrés Vásquez, además de los fallecidos  Felipe Pérez, Arley Rodríguez y Juan Guillermo Villa. Iguales recuerdos tiene cuando fue preparador físico de las selecciones antioqueñas de baloncesto al lado de Édison Cristhofer.

Además de su paso como educador físico en el colegio las Carmelitas y la Universidad de Antioquia, fue instructor por más de 25 años en la Liga de Natación, entrenador personal de los tenistas Iván Molina y Jairo Velasco y encargado de los trabajos psicológicos y físicos de los ciclistas antioqueños de otras épocas.

Siendo profesor de la Universidad de Antioquia aceptó hacerle la preparación física solo a Nacional y Medellín. Rechazó ofertas de Cali, Bogotá y Manizales. Se pensionó con la Universidad y estuvo en la Liga Antioqueña de Fútbol hasta el fallecimiento de Arturo Bustamante; pero hoy tiene la mejor imagen de la Liga, dice que “es una cosa demasiado grande, antiguamente era como algo más familiar: Arturo, Fabiolita, Magdalena y pare de contar; ahora esto es demasiado grande y demasiado organizado”.

El profe Ricardo tiene claro que hay un cambio grande en torno a la preparación física. Ahora los médicos van de la mano con los especialistas de la preparación atlética, pero insiste en dos temas fundamentales para tener en cuenta con los deportistas que son la disciplina y el trabajo mental, por eso siempre tuvo éxito en los 35 años que estuvo al frente de los trabajos de preparación física de las selecciones de fútbol.

Humor, humor y más humor, es el título de uno de sus libros que cuentan anécdotas con base en lo gracioso y cotidiano, aunque escribió igualmente acerca de los fundamentos de la preparación física, libros que han sabido aprovechar las nuevas generaciones. Hoy vive tranquilo, practica natación todos los días, no le falta la caminata y vive enterado de todo el acontecer del deporte.

Que sea este un homenaje en vida a una de las personas más importantes en la historia de la Liga Antioqueña de Fútbol, el hombre que dejó huella, y quien dejó la mejor herencia, la que creó en 1970 inspirado en la melodía de una antigua tonada italiana “Bella ciao” la cual bautizó “La Chaua”, que ha servido como canto triunfal y vigoroso de los deportistas que alguna vez se han puesto la camiseta de una Selección Antioquia en cualquier disciplina deportiva y que nos hace vibrar con orgullo cantando: “Soy antioqueño toda la vida…”

Por: Giovanni Valencia
Área de Comunicaciones
Liga Antioqueña de Fútbol

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